
Mamá y yo a lo largo de los años. Segunda etapa.
Durante la secundaria y la preparatoria las cosas no fueron muy diferentes. Vivíamos tratando de entendernos y de estar bien la una con la otra pero nuestra comunicación era muy mala, no lográbamos expresar, ni una de las dos, lo que de verdad queríamos decir y no está de más mencionar que ambas estábamos lo suficientemente traumadas y lastimadas como para no tener la capacidad de manejar bien nuestras emociones al momento de dialogar. No era que no nos quisiéramos, era que no intercambiábamos los mensajes de la manera correcta y la frustración y desesperación era la manera de demostrar que no habíamos avanzado en nuestra relación, y esto se repetía una y otra y otra vez.
Ella está empeñada en hacerme ver la vida como ella la ve pero yo sigo sin estar de acuerdo, le intento explicar con razonamientos, desde mi perspectiva, pero ella no quiere escucharme, sigue sin interesarle lo que yo tenga que decir. Nos alejamos todavía más, nos limitamos a convivir solo en lo básico, salgo más con mis amigos, salgo a dar vueltas en bici, salgo a entrenar en el deportivo, me muevo sola en combi, en bici o en camión, paso menos tiempo en casa, la empiezo a ver menos horas al día, pero aun así, ella quiere controlar mi vida y le frustra que, según ella, use la casa como hotel y que solo llegue a dormir, le cala en los huesos que no “obedezca” porque “es mi mamá” y yo debería hacer lo que ella diga sin cuestionar, “mientras yo viva bajo su techo se hace lo que ella diga”. Pero no le doy ese gusto.
Yo no soy mala niña, no me drogo, no tomo, no tengo relaciones sexuales, no lastimo a nadie, no soy violenta, no agredo, no conduzco, no vandalizo, no hago nada de lo que mi mamá podría preocuparse durante mi adolescencia, sencillamente hago lo que quiero hacer, soy saludable, soy inteligente, voy a natación, quiero salir con mis amigos, obviamente, pero por alguna razón mamá sospecha de mí.
Entro a la Escuela Superior de Artes de Yucatán, mamá no entiende mi decisión pero la acepta, no me detiene y me apoya a estudiar esa carrera. Mi relación con mamá no va bien al mismo tiempo que la relación entre ella y papá empeora y se deteriora cada vez más rápido. Papá se va de casa y a partir de este momento todo explota entre mamá y yo. Las discusiones empiezan a escalar y a subir de tono. Ella no para de gritar, yo lloro de rabia y de impotencia, mamá incluso patea y rompe cosas, yo no sé qué hacer, me asusto mucho, las palabras que salen de mi boca tienen una intención muy diferente a lo que causan en ella y no hay forma de detener la ira, ya no vale la pena ni siquiera intentarlo.
En varias ocasiones le llamé por teléfono a mi papá para que por favor fuera a calmarla.
-Papá, mamá está gritando y pateando cosas otra vez, ¿puedes venir?
Empecé a ver a mamá como un monstruo.
Así comenzó la peor etapa de nuestra relación, me decía cosas tan crueles y egoístas que yo siempre pensé que si no tuviera la fuerza que tengo, la capacidad de reflexionar, de razonar, de estudiar a fondo las situaciones, de creer en mí, de cuestionar sus argumentos, me hubiera suicidado por todo lo que me reprochaba y echaba en cara. Era horroroso, me hirió demasiado.
Mamá no chistó en sacar todas sus frustraciones sobre mí, me culpó por los problemas entre ella y papá, me posicionó en un lugar en medio de su relación, me dió responsabilidades que no me correspondían, me reclamó que me llevara mejor con mi papá que con ella y lo peor era que se hacía a la víctima. Parecía que le fascinaba jugar ese papel. Llegó a decirme, y cito textualmente: “Tú quieres verme muerta, quieres que tu mamá se muera y así ya estarías feliz”. Sí, mamá era un monstruo muy malo en ese entonces. Empecé a faltar a mis clases, prefería pretender que iba a la escuela y quedarme sentada en un parque, sola, a esperar que sea la hora de volver a casa. Repetí un año escolar, me valió.
Decidí aplicar al intercambio en La Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado, ella estaba muy temerosa de que me fuera sola al todavía distrito federal, pero lo hice, me aceptaron y me fui.

Solo estuve fuera seis meses, tuve que regresar a Mérida para terminar de estudiar y graduarme. Volví a casa de mamá, desacostumbrada ya a seguir sus reglas después de vivir un semestre tomando mis propias decisiones sin nadie que imponga su voluntad o controle mi vida más que yo.
Mamá encontró un nuevo novio y ahora ella se alejó de casa. Solo llegaba a buscar ropa, o a ver cómo estábamos mi hermana y yo. Al poco tiempo Astrid se fue de intercambio a España y prácticamente empecé a vivir sola. Mamá dejó de pasar las Navidades y años nuevos conmigo, yo celebraba solo con papá, mamá dejó de cocinar, yo veía qué comer, dejó de controlar mi vida porque ya no podía ver lo que hacía, no estaba. Me hablaba a mi celular para checarme y era todo. Empecé a estar mucho más tiempo con mi novio, a dormir de vez en cuando en su casa, a salir mucho más, ahora sí a tomar, a fumar, a enfiestarme, a no llegar a casa. Creí que eso era la libertad. No había nadie vigilando mis movimientos.
Inicié mi proyecto, quería hacer playeras con mis dibujos. Empecé a vender, armé un taller en el cuarto de atrás de casa de mi mamá, empecé a vender más y dejé bonito su patio, lo que era monte lo convertí en un espacio cómodo para estar. Literalmente le hice varios arreglos a su casa, arreglos importantes que significaban gastos importantes, pero qué bueno, porque estaba ¡ganando dinero! Y un día mamá me dijo “yo no pagaría tanto por esa playera”. Vaya, nada le parece, pensé, y le molesta que su casa huela a químicos de serigrafía.
En parte por hartazgo de la situación familiar, en parte por huir de las personas que me habían hecho mucho daño, en parte por la urgencia de alejarme, de no saber nada de Mérida, y en parte por querer crecer personal y profesionalmente, con el dinero que había ahorrado vendiendo mis playeras "muy caras", un día renté una casa estando todavía en casa de mi mamá y avisé, me voy en un mes a vivir a Ciudad de México.
Comentarios
PJJ Manajemen dijo:
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How did the author feel about her mother when she was a child?